A sus 84 años recorre las calles de Montecristi y Jaramijó vendiendo platillos típicos de Rocafuerte, confiesa que la música le mantiene su espíritu joven.
Nacido el 16 agosto de 1927, Jacinto Párraga Sánchez, 84 años a cuestas camina por las calles de Jaramijó, Montecristi y Jipijapa vendiendo los dulces que prepara a su amada esposa y sus hijas e hijos. Don Jacinto cuenta que desde hace 64 años se dedica a la venta de bollos de maní, natillas, camote asado, manjar, tambor de yuca y otros dulces.
Don Jacinto proviene de Rocafuerte reconocido cantón manabita donde se elaboran los exquisitos dulces que se saborean en el país, cuenta que inicio sus labores hace 60 años y que desde su natal Rocafuerte iba a lomo de burro hasta jipijapa, Montecristi y Jaramijó, “en esa época se vendían a 5 reales cada natilla, ahora valen uno y dos dólares, yo vendía entre 40 y 50 sucres eso mucho dinero que me alcanzaba para todo”, recuerda don “Chinto” como lo conocen el recinto Valdez, en su natal Rocafuerte.
Con guitarra en mano tocando una melodía del pentagrama nacional, don Jacinto cuenta que ha tenido tres compromisos de los cuales ha procreado 17 hijos de los cuales le han descendido teniendo a su haber nietos y bisnietos, “la mayoría de las personas que consumían mis productos ya murieron o ya están viejos (sonríe no están jóvenes como yo) la juventud de ahora cuando les ofrezco natillas, bollos, níspero y otras cosas ni siquiera saben que es eso y por último no compran, las ventas ya no son las mismas, ahora salgo todos los jueves y viernes a las 04h00 hasta Montecristi y Jaramijó donde me hacen pedidos y voy a entregarlos vendo entre 15 y 20 dólares, ya no es como antes, lo hago para no estar vago”, dice.
Cuando se acabaron los cafetales se acabo el negocio ya ahora las cosas han cambiado por eso muchos han emigrado del campo a la ciudad, “para mí la música es mi vida y me mantiene el espíritu joven”
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